Cuando esta familia de cinco decidió renovar su hogar, su objetivo era claro: querían un espacio amplio, luminoso y moderno, donde pudieran cocinar, socializar y disfrutar juntos. Buscaban combinar un diseño funcional y sencillo con una sensación de calidez y amplitud, ideal para facilitar la convivencia y fortalecer los lazos familiares.

La casa original tenía varias habitaciones pequeñas y una cocina que no cumplía con las necesidades de la familia. Por eso, la prioridad fue transformar este espacio en uno más grande y abierto, donde todos pudieran reunirse cómodamente. La reforma se centró en eliminar barreras y maximizar la entrada de luz natural.

El proyecto se enfocó en abrir la planta baja, creando un espacio diáfano sin particiones para permitir que la luz fluyera libremente por toda la casa. Al derribar dos paredes y conectar los techos antiguos, convirtiendo tres pequeñas habitaciones en una gran cocina abierta.

La nueva distribución permite que la luz natural inunde cada rincón, creando un ambiente luminoso y aireado. La cocina, equipada con muebles altos, bajos y de pared, ofrece todo el almacenamiento que la familia necesita. Para la cocina y armarios, se eligió un acabado en LACA Seda, que aporta luminosidad y elegancia, complementado por tiradores PLANTEA. La presencia de WOOD Roble en algunos detalles añade calidez y textura, creando un ambiente acogedor y con carácter.

El uso de colores claros y materiales cuidadosamente seleccionados resultó en un espacio neutro, moderno y sencillo, tal como la familia deseaba. Los sutiles toques de color aportan personalidad y vitalidad, haciendo de este entorno el lugar perfecto para reuniones y la creación de nuevos recuerdos.