Para una familia de raíces mediterráneas y mexicanas, el amor por el mar y el sol se traduce en su lugar ideal. Este proyecto es su sueño hecho realidad: una casa de vacaciones en la Costa Brava que refleja su herencia cultural, y que será un punto de encuentro entre momentos íntimos familiares como reuniones con grupos grandes de amigos.

La reforma que deseaban para la casa buscó la integración de espacios interiores y exteriores. Los propietarios requerían un cambio en el mobiliario, buscando piezas que fuesen duraderas y aptas para un uso frecuente. Así, el diseño tomó un enfoque funcional, pero sin perder la calidez y la personalidad que deseaban para su casa.

Para lograr esta visión, se seleccionó la madera WOOD Cerezo para los acabados. Este material, proveniente de bosques sostenibles, no solo garantiza una larga vida útil, sino que también un ambiente cálido y acogedor. La cocina, diseñada en un tono de madera rojizo, se convierte en el corazón de la casa. En un espacio abierto, contrasta con el blanco mediterráneo y se complementa con muebles de estilo mexicano, como las emblemáticas sillas Acapulco.

La disposición de la cocina permite disfrutar de comidas al aire libre y de vistas relajantes del mar. Con su combinación de estilos mediterráneos y mexicanos, la casa proporciona un espacio único y confortable para que la familia disfrute, reflejando sus raíces y creando el entorno perfecto para su vida cotidiana y las reuniones con sus seres queridos.