Durante sus escapadas a España, Erik y Marieke, una pareja holandesa, encontraron en este piso de 95 m² el lugar ideal para desconectar y disfrutar de sus vacaciones. Sin embargo, la vivienda original, con su suelo de mármol y una distribución cerrada, requería una transformación para convertirse en un espacio cálido y funcional.

El proyecto comenzó con una decisión clave. Mantener el suelo existente y utilizarlo como base para seleccionar colores y materiales que añadieran personalidad y equilibrio al conjunto. Para unificar las diferentes áreas, las paredes, puertas y marcos se pintaron en un mismo tono, reduciendo la fragmentación visual que caracterizaba el espacio. Una intervención clave fue eliminar la pared que separaba la cocina del salón y comedor, logrando una distribución abierta que conecta las zonas comunes.

En la cocina, los acabados en LACA Curry aportan un toque cálido que armoniza perfectamente con el resto de la vivienda. Diseñada en forma de L, la cocina incorpora electrodomésticos panelados que se integran completamente con el diseño, optimizando cada centímetro sin renunciar al estilo. La apertura hacia el salón y el comedor potencia la luz natural y refuerza la conexión visual entre los espacios.

El resultado es una vivienda que refleja la esencia que buscaban. Un espacio sereno donde la calidez de los materiales y la fluidez de los espacios transforman cada rincón en un lugar para disfrutar plenamente.