Una familia de tres, a la que le encanta recibir invitados y compartir en torno a la buena comida y el vino, se encontraba ante el reto de rediseñar su espacio para reflejar su pasión y estilo de vida.

La necesidad principal era tener una cocina abierta y funcional que permitiera la interacción fluida con el salón y el comedor, maximizando la entrada de luz natural y haciendo uso de materiales naturales. La solución llegó en forma de una cocina lineal con nicho complementada con una isla central.

El almacenamiento, un factor clave, se ha optimizado con muebles bajos y altos, maximizando el uso del espacio. La isla además de proporcionar un amplio espacio de trabajo y la zona de lavado, funciona también como comedor auxiliar, ideal cuando se tienen invitados y se quieren utilizar los ambientes en simultáneo.

Los acabados en WOOD roble y LAMINADO Sable, acompañados de tiradores ROUND, evocan una sensación de calidez y elegancia. El roble introduce una atmósfera acogedora, mientras que el LAMINADO Sable intensifica la luminosidad. Estos detalles se fusionan a la perfección con el suelo de madera de la casa y los suelos hidráulicos de la cocina.

Con esta reforma, la familia ha logrado crear una estancia que refleja su amor por la hospitalidad y la gastronomía.