Este apartamento de 90 m² en el distrito 9 de París ha sido rediseñado para equilibrar su legado arquitectónico con una estética contemporánea. Pensado para una pareja con un bebé, el proyecto partía de un espacio que antes funcionaba como oficina, lo que requirió una redistribución completa para incorporar nuevas funciones sin perder su elegancia original.

El nuevo diseño organiza el apartamento de manera más eficiente. En la entrada, una estantería abierta divide sutilmente las áreas, mientras que un pasillo oculto tras la cocina conecta con el dormitorio, la lavandería y el baño, manteniendo la privacidad sin romper la fluidez del conjunto.

Cada material elegido refuerza el diálogo entre lo clásico y lo moderno. Las molduras restauradas, las chimeneas de mármol y el suelo de madera en espiga mantienen la esencia parisina, mientras que las intervenciones contemporáneas aportan una frescura inesperada.

En la cocina, el acabado WOOD Roble envuelve el espacio con calidez y naturalidad. Un vibrante tono naranja destaca en detalles como los soportes de estanterías, las luminarias y el comedor, introduciendo un ritmo dinámico y un punto de contraste en la paleta neutra.

Este apartamento demuestra cómo una renovación puede ir más allá de la funcionalidad y convertirse en una reinterpretación cuidadosa de su pasado. La combinación de materiales nobles, una distribución optimizada y el uso preciso del color dan como resultado un espacio con carácter, donde cada detalle está pensado para conectar con la historia sin perder de vista el presente.