En pleno quinto distrito de París, una pareja decidió emprender el desafío de renovar su apartamento de 65m2, situado en el cuarto piso de un edificio construido alrededor de 1855. Esta vivienda de tres habitaciones mostraba los signos del paso del tiempo y requería un transformación radical.

Ante la necesidad de modernizar un espacio que parecía haber quedado atrapado en el pasado, surgieron varios desafíos. La falta de un baño completo y una distribución poco funcional eran cuestiones prioritarias. Además, la pareja deseaba una cocina que se fusionara sin esfuerzo con el comedor y el salón.

El proyecto tomó como punto focal la apertura parcial de la pared central. Esta decisión no sólo optimizó la distribución, sino que también mejoró la circulación y fluidez del espacio. También se incorporó un baño completo y se diseñó una cocina en forma de L abierta hacia el comedor y salón, aprovechando al máximo la luz natural y las bonitas vistas de la ciudad.

Los acabados de la cocina sin duda elevan la estética del espacio. Con muebles bajos en LAMINADO Metal y muebles de pared en madera, se logra una fusión audaz y balanceada. Este diseño no solo irradia sofisticación, sino que también aporta un toque cálido al espacio. Aunque la cocina cuenta con un generoso espacio de trabajo, se ha puesto especial énfasis en el almacenamiento, maximizando su capacidad.

Con esta renovación, la pareja disfruta de un espacio moderno y funcional donde el pasado y el presente coexisten en armonía.