En un piso de 60m2 residía una pareja que buscaba diseñar una cocina que reflejara su estilo. Aunque no son cocineros habituales, deseaban un espacio con personalidad y carácter, que sirviera tanto para su uso ocasional como para impresionar a sus invitados.

Su deseo se materializó en una cocina en LACA Negro con encimera de porcelánico del mismo color, dando un giro audaz que desafía la tendencia de colores claros en cocinas. Este material de tacto suave, crea un espacio sofisticado y auténtico, que contrasta a la perfección con el tono del suelo de madera y el blanco del resto de la vivienda. Esta combinación genera un ambiente elegante y a la vez acogedor.

La distribución lineal de la cocina maximiza el almacenamiento y al ser abierta al salón, se puede disfrutar de diferentes estancias al mismo tiempo.

Con esta reforma, los propietarios ahora disfrutan de una cocina que no solo es un placer visual que resalta por su diseño distinguido, sino que también cumple con todas sus necesidades de forma sencilla.