Cocinas - WOOD Roble
Un ático inspirado en Bali que equilibra funcionalidad, luz natural y conexión con el exterior
Crear un oasis de paz en medio del bullicio fue la premisa más importante para abordar la reforma de este ático de 70 m², ubicado en el barrio de Malasaña, Madrid. La vivienda, adquirida recientemente por una cineasta que viaja frecuentemente por el mundo, necesitaba transformarse en un espacio versátil y acogedor, ideal para descansar, cocinar, trabajar en nuevos proyectos y recibir amigos entre viaje y viaje.
Como suele ser el caso en muchas viviendas del centro de Madrid, el ático presentaba una distribución muy compartimentada, con una mezcla poco funcional de espacios públicos y privados. La nueva distribución se centró en crear una distinción clara entre la zona de día y la zona de noche, con una zona intermedia que incluye un estudio y un vestidor. Además, se aprovechó el desván para crear un segundo dormitorio destinado a invitados, mejorando la funcionalidad y ampliando la superficie útil de la vivienda.
La zona de día se abre a la terraza a través de un amplio vano que inunda el interior de luz natural gracias a su excelente orientación. En este espacio destaca la cocina, con acabados en WOOD Roble y LAMINADO Blanco, y una isla central que integra parte de la biblioteca, convirtiéndose en el núcleo social del hogar.
Durante el proceso de diseño, surgieron múltiples influencias de los proyectos y lugares que habían marcado la vida de la inquilina, especialmente su estancia en Bali. Esto se refleja en la elección de materiales y colores: un suelo continuo de microcemento gris cálido, madera de roble y acentos en azul agua, que evocan el estilo tropical y la fusión de interior y exterior característica de la isla. Además, la apertura de los techos y la conexión fluida entre los espacios interiores y la terraza contribuyen a reforzar esta sensación de amplitud y conexión con el entorno.
El dormitorio principal, situado en la zona más privada de la vivienda, se conecta con el vestidor y el estudio mediante puertas correderas que permiten mantener el espacio aislado durante la noche o, al abrirlas, generar una continuidad entre las ventanas enfrentadas, favoreciendo la ventilación cruzada y la entrada de luz durante todo el día.
La paleta de colores, mayoritariamente neutra, se acentúa con un toque único de azul agua, presente en el baño y en la escalera de mano que lleva al dormitorio de invitados, diseñada con un guiño a las escaleras de piscina.
Finalmente, la terraza, completamente integrada con el interior a través de la coherencia en la selección de materiales, ofrece unas vistas espectaculares de los tejados del centro de Madrid, proporcionando un espacio exterior perfecto para disfrutar del entorno urbano con tranquilidad.
Proyecto:
Ana Cubas
Fotografías:
Rafael Trapiello
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