En una ciudad muy visitada, un piso se ha reinventado como refugio para viajeros. Amoblado con un diseño sencillo, busca acoger hasta 5 huéspedes en un ambiente agradable y práctico.
Ante el reto de diseñar una cocina que, a pesar de ser pequeña, sea funcional, el proyecto se ha enfocado en entender las necesidades de los visitantes. Sabiendo que los viajeros suelen optar por comer fuera o por preparaciones sencillas, la decisión fue implementar una cocina lineal con nicho, proporcionando un espacio óptimo para preparar recetas simples como desayunos o meriendas.
La ubicación estratégica de la cocina en la entrada optimiza el espacio, permitiendo una transición fluida hacia el salón. Una amplia puerta conecta ambos ambientes, facilitando la integración de las estancias y haciendo que el espacio parezca más grande y acogedor.
El acabado en LAMINADO Cadaqués y WOOD roble crea un ambiente fresco y sofisticado. El laminado, con su tono azul, evoca un sentimiento de tranquilidad y modernidad, mientras que el roble aporta una calidez distinguida. Esta combinación, en contraste con el blanco predominante en el resto del piso, aporta una sensación de armonía y equilibrio.
Este espacio se ha convertido en una opción fantástica para aquellos turistas en busca de confort, funcionalidad y diseño.