A solo 15 minutos de Bilbao, en la tranquila localidad de Munguia y rodeada de un frondoso bosque, esta casa de 250 m² combina la calidez del estilo belga con la funcionalidad nórdica en una construcción prefabricada que invita a la armonía y al confort. La reforma fue concebida para mejorar tanto la accesibilidad como el aprovechamiento de cada rincón, asegurando una convivencia fluida entre diseño y funcionalidad.

Uno de los cambios principales fue rediseñar la escalera de acceso a la primera planta. La escalera anterior, demasiado empinada y poco cómoda, fue sustituida por una nueva estructura que no solo facilita el tránsito, sino que añade espacio de almacenamiento con cajones ocultos en su parte inferior, maximizando la utilidad sin comprometer el estilo.

En la cocina, se integraron dos ventanales estratégicos: uno orientado hacia el bosque y otro hacia el comedor. Este espacio se equipó con acabados de LAMINADO Comodoro y Sahara, reflejando una estética funcional y serena que sigue el minimalismo característico del diseño nórdico. Los elementos naturales y la simplicidad de las líneas se combinan para ofrecer una experiencia que realza tanto la luz como la conexión visual con el exterior.

El salón, pensado como un espacio multifuncional, cuenta con una amplia ventana que permite la entrada de luz natural y una librería abierta que invita a disfrutar de las aficiones de la familia: arte, lectura, música y pintura. La elección de muebles sencillos y una paleta de colores neutros refuerzan la sensación de calma y equilibrio que define el estilo del interior.

La habitación principal y el baño destacan por los grandes lucernarios instalados en el tejado, diseñados para que los residentes puedan disfrutar de vistas al cielo, incluso desde la bañera. La elección de materiales naturales, especialmente la madera, aporta una sensación de calidez y armonía, creando un ambiente acogedor que refleja la conexión con la naturaleza y el estilo refinado que caracterizan esta vivienda.