En el Parque Natural del Montseny, en Sant Esteve de Palautordera, se encuentra esta casa de 212 m², diseñada como primera residencia para una joven familia que decidió mudarse desde la ciudad en busca de tranquilidad y una mayor conexión con la naturaleza. La ubicación privilegiada de la parcela, con vistas a las montañas y el bosque cercano a la riera, ha sido fundamental en el enfoque de este proyecto, cuyo principal reto ha sido maximizar el contacto con el entorno natural, manteniendo espacios amplios y confortables.

La vivienda, de dos plantas, se organiza en una disposición lineal en el extremo noroeste de la parcela, lo que permite aprovechar al máximo la zona sudeste para captar la luz solar y disfrutar de las vistas al paisaje. Aunque la casa tiene un aspecto compacto, está diseñada para abrirse hacia el exterior. Las principales zonas comunes —sala de estar, cocina-comedor y estudio— se alinean de forma que todas las estancias tienen acceso directo al jardín, potenciando la conexión entre interior y exterior.

Uno de los retos clave fue crear una vivienda eficiente energéticamente. Para ello, se utilizaron muros de hormigón celular con aislamiento exterior de lana mineral y revoco de cal, lo que asegura un excelente aislamiento térmico y una óptima regulación de la temperatura. Además, la ventilación natural se maximiza mediante ventanales estratégicamente colocados y la incorporación de elementos como porches y celosías vegetales que controlan el sol. Todo esto permite mantener un ambiente interior confortable sin necesidad de sistemas de climatización adicionales.

En la planta superior se encuentran las áreas privadas, incluyendo las habitaciones, un segundo estudio, baño y lavadero, todos comunicados visualmente a través de dobles alturas que aportan una sensación de amplitud y continuidad en el espacio. La planta baja, dedicada a las zonas comunes, está organizada para conectar todos los espacios con el jardín. La cocina, con una isla central que actúa como punto de encuentro y espacio funcional, se integra perfectamente con el comedor y la sala de estar, manteniendo una relación fluida entre los interiores y el exterior.

Los acabados destacan en la cocina-comedor de la planta baja, donde se han utilizado LAMINADO Agave y Blanco, creando un contraste elegante y natural que complementa el diseño del espacio. Estos acabados se integran perfectamente en el entorno, complementando el estilo natural y funcional de la vivienda.

Este proyecto se ha planteado como un espacio que aprovecha al máximo su entorno natural, ofreciendo una experiencia de vida armoniosa y sostenible en plena naturaleza, donde funcionalidad y diseño se encuentran en equilibrio.