Este espacio de aproximadamente 130 m² ha sido transformado en un estudio de arquitectura que reinterpreta la relación entre trabajo y habitabilidad. Ubicado en un edificio con historia, parte de un antiguo convento, la reforma buscó recuperar elementos originales y potenciar la luz natural como eje central del diseño.

Desde el inicio, el objetivo fue crear un ambiente fluido y acogedor, alejándose de la idea de una oficina convencional. La propuesta se inspiró en la tipología de Casa Patio, organizando el espacio en volúmenes que alternan zonas abiertas y cerradas. Esta distribución favorece la entrada de luz natural en todas las estancias y genera una conexión visual con los patios interiores.

En la planta baja se encuentra la sala de reuniones, mientras que en la primera planta, accesible a través de unas escaleras de hormigón preexistentes, está la cocina-office. Para ampliar visualmente la zona de reuniones y mejorar la ventilación, se incorporó un patio adicional. En el centro del espacio, una mesa de roble macizo, de líneas depuradas, refuerza la identidad del estudio, combinando materiales naturales con una estética sobria y equilibrada.

La cocina mantiene la coherencia estética del resto del estudio. Los frentes en acabado LAMINADO Pale aportan luminosidad, frescura y un toque de color, mientras que los tiradores PILL en madera de roble crean un vínculo con otros elementos del proyecto.

Este estudio equilibra funcionalidad y carácter, donde cada decisión responde a una visión de diseño que prioriza la luz, los materiales naturales y la fluidez entre estancias. Un espacio que va más allá de la oficina tradicional, pensado para trabajar, inspirar y habitar.