Situada en el encantador pueblo de Ollioules, en el sur de Francia, esta casa familiar de aproximadamente 230 m², con terrazas incluidas, data del siglo XII. La vivienda, que ha sido el hogar de la familia LONG por generaciones, fue renovada con el objetivo de mantener su autenticidad provenzal y adaptarla a las necesidades actuales, mientras se conservan sus características históricas.

Conocida como Maison LONG, la casa se ha restaurado en dos fases: una primera etapa, denominada Área Nougat, y una segunda fase, enfocada en la sección conocida como Área de Bóvedas de Ojiva. Durante los últimos diez años, ha llevado a cabo una meticulosa renovación.

Uno de los mayores desafíos fue gestionar este proyecto desde el extranjero, además, fue necesario rectificar los muros en la cocina para conseguir ángulos rectos, un reto importante en una casa de origen medieval. Sin embargo, la dedicación al proyecto ha permitido superar estos obstáculos y crear una vivienda que combina lo mejor de su pasado con un enfoque contemporáneo.

La cocina, diseñada con un acabado en LAMINADO Blanco, se integra de manera fluida con los muros abovedados también en blanco, creando un espacio armónico y sereno. Los tiradores de madera evocan las baldosas medievales del suelo, aportando una conexión visual con la historia de la casa. Cada detalle ha sido cuidadosamente pensado para reflejar la conexión entre la simplicidad de los materiales y la riqueza de la historia.

Esta renovación ha preservado el legado familiar que ha perdurado a lo largo de generaciones. Cada detalle ha sido pensado para que la historia y la modernidad convivan en armonía, creando un refugio lleno de carácter, donde cada espacio refleja el valor del pasado y la funcionalidad del presente.