En Madrid, se encuentra un piso único que resalta por un patio interior que llena de luz sus espacios interiores. Su único residente, aunque no tiene una pasión particular por la cocina, valora mucho los espacios de encuentro y disfruta teniendo invitados en su casa. Su elección de colores arriesgados en el baño y la cocina refleja su personalidad audaz.

Dentro de las principales necesidades se encontraba el diseño de una cocina que, además de ser práctica y funcional, debía mantenerse separada del comedor y el salón. Esta petición presentaba un reto: integrar todos los elementos deseados en un espacio estrecho sin comprometer la funcionalidad o la estética.

La solución llegó con un diseño de cocina en forma de L, optimizando el espacio y proporcionando una amplia área de trabajo y almacenamiento. Aunque la cocina no se abrió directamente al salón, se logró una sensación de amplitud y cohesión en todo el espacio.

El mobiliario se diseñó en LAMINADO Blanco complementado con LINÓLEO Olive en los frentes de pared, que no solo agrega un contraste de color sino que añade un toque sostenible por su origen natural. Los tiradores ROUND en roble añaden un ritmo y calidez al diseño.

Con esta renovación se ha logrado transformar un espacio compacto en una estancia personalizada y altamente funcional, en donde el propietario puede disfrutar al máximo de una casa que refleja su personalidad y cumple con todas sus expectativas.